A veces quiero correr, huir muy lejos.
Luego recuerdo que soy asmático y fumador
desde los trece y pienso que mejor en avión.
Muy lejos.
Muy solo.
A cualquier otra parte.
Donde no sepan mi nombre,
donde por fin me presente a mí mismo con
nombre y apellidos.
Desnudo frente a un espejo.
Empezar a llevarnos bien, yo conmigo mismo.
Y es que son muchas oportunidades las que he
desperdiciado por miedo.
Por dolor.
Por amor.
Por respeto.
“Me quiero ir…”
“Cuando pueda nos vamos… Te lo prometo.”
“Aún sigues sin entenderlo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario