domingo, 7 de junio de 2015

Recientemente se me dio la oportunidad de escribir el prólogo para el libro de una amiga. Por motivos más que aparentes si eres homosexual e intentas trabajar con un fanático religioso del Opus Dei, mi prólogo fue desechado. No por la calidad de este, sino por una discusión en la que se me sugirió que la homosexualidad tiene “cura”, o que si hubiese nacido en Irán o Marruecos, ya estaría en la cárcel o muerto. Ante esta conversación tan maravillosa tuve dos oportunidades: bajar las orejas y soportar que alguien que no me acepta tal y como soy me haga cumplir mi sueño, pisando para ello mis ideales y valores; o reclinar la propuesta de escribir el prólogo de mi amiga y posteriormente un libro para la editorial de este… Señor.
Supongo que mi decisión está más que clara. Os dejo aquí el prólogo que escribí para M.U.S.A, libro de poesía que ha conseguido en unos pocos días llegar al número uno de ventas de poesía en Amazon. Qué decir nada más que me alegro muchísimo por ti, María. Os dejo el link para comprar el libro online: http://www.amazon.es/M-U-S-Mar%C3%ADa-Helio-ebook/dp/B00YXHBSOS/ref=sr_1_4?ie=UTF8&qid=1433550675&sr=8-4&keywords=kuicast
Espero que os guste el libro y espero que os guste el prólogo que escribí para él. Disfruten.


“El amor es como el gas mostaza: lo sientes en todos los poros de tu piel, te deshace por dentro… Y justo antes de morir, consumido en ti mismo, ves una luz de esperanza que se apaga cuando te das cuenta de que el amor no vuelve.
Ingenuos nosotros, humanos, que revoloteamos alrededor de esa luz como polillas, asustados de acercarnos y aterrados de alejarnos de ella. Que nos acercamos para cegarnos de claridad, cuando es confusión, y al alejarnos en busca de una nueva luz, nos bañamos en la oscuridad nítida de la soledad. Lloramos las tristezas que un día fueron falsas alegrías, borramos los besos de nuestros labios, enjugamos nuestros recuerdos en mangas, calzamos nuestra mejor sonrisa… Nos ponemos frente a la puerta, dispuestos a enfrentarnos a otro día más, damos la vuelta y volvemos a llorar.
Ser quienes somos nos asusta y buscamos musas para regalarnos los defectos en sus perfecciones ficticias, para bañar nuestros sueños en sus profundos pozos de irrealidad. Buscamos ser quienes no somos, buscamos reafirmar nuestros defectos y exaltar las perfecciones de quienes creemos eternos, y efímeros vencen el paso del amor.
Nos encontramos ante una obra que actúa como metáfora de la vida amorosa. El personaje que relata la historia es una persona solitaria que vive sin vivir en ella. En su pequeña fortaleza de papeles y plumas, vive con la incertidumbre de desconocer si sus palabras dejarán huella, si alguien le recordará, si él se recordará. Solo por el azar recupera nuestro personaje la ilusión por escribir al encontrarse con quien él idealiza, su musa. Recobra su camino en la vida, vuelve a escribir, a respirar la inspiración de Apolo, hasta que encuentra a su musa en brazos de otro hombre.
Muchas gracias, María, por darme la oportunidad de entrar al mundo editorial, a mi parecer, por la puerta grande. Espero que sigamos trabajando juntos en nuevos proyectos,

Juan Antonio Álvarez Martínez”

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