jueves, 19 de marzo de 2015

Quiero que volvamos.

Quiero que volvamos.
Ojalá pudiese ser todo como antes…
Como antes de conocerte.
Quiero que volvamos la vista atrás
y no recordarnos.
Quiero que volvamos a ser dos desconocidos más.
Para volver a conocernos,
para decirte que nunca serás capaz de hacerme daño.
Y que lo intentes una y mil veces
y entiendas que el que está roto por dentro
no soy yo.
Eres tú.
Leí en una ocasión
que el mayor favor que le puedes hacer a un ex
es dejar que te odie.
Favor concedido.
Esta es mi declaración de intenciones.
Mi poema de amor desenamorado,
mi trinchera en el bando de Miguel Hernández,
mi miedo en los poemas de Neruda…
Si consigues odiarme, sabré que algún día me quisiste,
porque “hay personas que se odian porque un día se quisieron”.
Supongo que no me odiarás nunca y que ese trabajo me tocará a mí.
El de odiarme, digo…
No creo que sepas siquiera sentir odio,
ni amor,
ni desesperación…
Solo sientes necesidad,

¿verdad, mi querido espíritu dionisíaco? 

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