lunes, 7 de mayo de 2012


Capítulo 17

Llego a casa y le pido a la gente que me dejen a solas con mi madre.
-No, por favor… Dime que no era él... Dime que no era tu hermano. –No le contesto y eso hace que ella se derrumbe y rompa a llorar desconsolada y es normal... Su marido y uno de sus hijos han muerto muy recientemente para ella, justo ahora que se estaba recuperando de su primera pérdida la muerte de mi hermano le llega como un jarro de agua fría avisándole de que esto es la vida y nos jode a todos.
-¡Eh, no! ¡No puedes venirte abajo! Te lo prohíbo, ahora tienes un nieto que cuidar y yo voy a estar ahí siempre, sin falta. No puedes volver a como estabas hace unos meses. –Se recompone un poco y se da cuenta de que tengo razón en lo que digo.
Pasa un día y tras mucho dialogar y convencer a gente conseguimos quedarnos con Carlos, vamos todos al entierro de David pero nadie llora excepto mi madre. Los padres de Marina están allí también y me sorprende el valor que tienen de venir al entierro del hombre que ha matado a su hija, en el fondo se alegran porque esté siendo enterrado, pero es un mensaje para mi familia, un mensaje que nos une a pesar de las circunstancias: Carlos.
Pasan unos días más y Thomas y yo decidimos apurar nuestro tiempo juntos. Salimos a cenar, hacemos todas las cosas que no habíamos hecho hasta ahora por quedarnos a dormir juntos todas las noches, que no es tiempo desperdiciado ni de coña vamos. Bree y Edu son más felices incluso que nosotros, son la pareja perfecta, es decir, lo que todos esperarían en una película: el chico guapo con la chica guapa y saltan chispas. Aparte de su belleza natural se quieren por su forma de ser y lo demuestran cada vez que se ven, en cada esquina, en cada puerta, a cada paso que dan, vamos… Que lo demuestran hasta demasiado.
Quedan dos días para que Thomas se vaya a Alemania y estamos Edu, Bree, Tom y yo comprándole ropa a Carlos en el centro comercial. Cuando vamos a pagar la ropa que hemos cogido, echamos la vista atrás y vemos a Edu y Bree sujetando una camiseta de bebé y sonriendo.
-Como se os pase por la cabeza la mera idea de que Bree, por accidente o sin ser un accidente se quede embarazada os mato a los dos. –Les digo cuando me acerco.
Volvemos a casa y le probamos la ropa a Carlos que está aún más adorable que nunca. Tomo un baño de espuma en mi aseo fumando un poco y escuchando You know I’m no good  de Amy Winehouse y una larga lista de canciones suyas. Me planteo seriamente mi vida sin él mientras los cigarrillos van consumiéndose poco a poco entre mis dedos, uno tras otro. Supongo que estaría triste un par de meses, sin que se me notase, por supuesto. Después empezaría a salir con alguna chica cualquiera del trabajo y podría crear una familia, sería infeliz pero es lo que hacemos todos los humanos. Salgo de la bañera y me quito la espuma de mi cuerpo con la toalla mientras sostengo entre mis labios un cigarro, lo apago y lo tiro al váter. Antes de salir del baño me echo por encima un poco de felicidad de bote, es decir, falsa, intentando tapar la amargura que sustenta mi alma estos momentos. Y ahí voy, infeliz pero mostrando mi mejor sonrisa, a meterme en la misma cama que él cuando sé que ésta será nuestra última noche. Me tumbo pasivo a su lado dándole la espalda, es solo el roce de su dedo bajando por mi columna el que me hace romper en mil pedazos y llorar.
-Eh, eh, no quiero que llores.
-Para ti es fácil, eres guapo, podrás encontrar a otro que te quiera. Yo me tendré que conformar con alguna del trabajo y seguro que es fea. –Digo hablando como un niño pequeño cuando tiene un berrinche.
-El caso es que yo no quiero encontrar a nadie que no seas tú. Si me esperas yo te esperaré por siempre. Te lo juro.
-Sabes que lo haré, el problema es que tú no lo harás.
-Si, si lo haré. Por ti si.
La noche se me pasa enseguida y llega la mañana. Me levanto antes que él y voy a la tienda a comprar donuts de chocolate para que se despierte por lo menos de buen humor. Cuando vuelvo a casa los pongo en una bandeja con un zumo de sandía en el centro (había pensado ponerle una rosa, pero, ¿qué hay mejor que un zumo de sandía?) y se lo subo a la habitación. Le despierto y mira asombrado la montaña de donuts que hay en la bandeja.
-Anoche estuve trabajando hasta tarde y he conseguido reconstruir las doce fábricas que se incendiaron, ¿sabes? Me han dado esto como recompensa. –Le digo mostrándole una sonrisa y ocultando mi tristeza, cada minuto que corre me voy muriendo un poco más por dentro.
Desayunamos juntos por última vez le ayudo a preparar la maleta.
-¿Me acompañarás al aeropuerto?
-No puedo, tengo que arreglar unos papeles para el trabajo. –Mentira.
-Ah bueno... –Los siguientes minutos son muy incómodos y nadie habla hasta que llegan las despedidas.
Bajamos con las maletas al piso de abajo y estaban Susanne, Eric, Bree y el resto de mi familia para despedirse. Hay llantos, hay risas, abrazos, besos…
-Como vuelva de Alemania y tenga otro sobrino te corto los huevos. –Le dice a Edu antes de irse y éste se ríe.
Estamos ambos en el portal, Thomas y yo, ahora toca nuestra despedida, la peor de todas.
-¿Me esperarás? –Comienza Tom.
-Por supuesto que lo haré… Te echaré mucho de menos, ¿lo sabes no?
-Y yo a ti corazón… ¡Ah espera! –Dice y se mete corriendo a la casa, cuando vuelve trae consigo el peluche de corazón, el de las babas, el original.
-¿Es para mí?
-Si, quiero que te lo quedes tú. –Le beso poniéndole mi mano sobre su cuello, el corazón de peluche se interpone entre nuestros cuerpos y derramo una lágrima que moja nuestros rostros aún juntos al oír el coche que viene a recogerle.
-Te quiero.
-No más de lo que yo te quiero a ti. –Concluye cerrando la puerta del coche.
Nuestras miradas se siguen la una a la otra en lo que el vehículo recorre una corta distancia y perdemos el contacto.
Y después de todo, de todos mis sueños seguías siendo sólo tú.
Afuera llueve y una gotera moja mi almohada vieja. Vale, es mentira, no llueve, hace un sol del carajo y calculo que estaremos cercanos a los 40 grados, pero llueve en mi interior dejando caer el rocío de mil sueños sobre mis mejillas.
¿Y ahora qué, qué se supone que debo hacer si he perdido la razón de mi existencia y con ella todas las ganas de vivir? Tantos planes que no se cumplirán… Mi ojos claros estará subiéndose a un avión en cosa de una hora quizás dos y yo estoy aquí tirado en la cama llorando. ¡NO! No me da la gana, me digo a mí mismo.
 -Tú, si, tú, el que está escribiendo esto ahora mismo. Sé que puedes leer lo que estoy diciendo y hacer que Tom vuelva a mi lado. –Grita al cielo Diego.
-¿Me estás hablando a mí, Diego? –Digo yo.
-Si, haz algo ahora mismo y tráeme a Thomas a mi lado, es una orden.
-¿Orden? Yo te he hecho ser quien eres, no puedes exigirme nada, si quiero ahora mismo puedo hacer que el aeropuerto explote. –Eso hace que Diego recapacite.
-Está bien… Lo primero es lo primero, tú sabes quién soy y me conoces a la perfección, pero yo no sé nada de ti. ¿Cómo te llamas?
-Juan Antonio. –Le digo.
-Vale, Juan Antonio… ¿Por qué te empeñas en alejar a Thomas de mí? Sabes que eso no le va a gustar a los lectores.
-Es lo que tengo que hacer Diego, no voy a escribir el típico romance que dura para siempre… Por una vez quiero que una de mis historias no acabe de una manera feliz.
-Que no sea ésta por favor… Ya sé, te daré todos mis zumos de sandía, es lo mejor que puedo ofrecerte.
-Mira ves, eso me va gustando más. Realmente me da pena… Me he esforzado tanto para que seáis tan felices para estropearlo todo ahora... Abre la puerta, tienes visita. –Le digo.- Como este final no le guste a la gente vuelvo y os mato a todos, que lo sepas. Ah, mis zumos de sandía los quiero.
-No defraudará a nadie y tranquilo, los tendrás. –Dice con una sonrisa en la cara bajando las escaleras.
Diego corre todo lo rápido que puede y abre la puerta justo unos segundos antes del sonido del timbre, se abalanza sobre Thomas y le tira sobre su maleta comiéndoselo a besos. Si no llega a ser Thomas y es el cartero, por ejemplo, me hubiese reído mucho de la situación pero en fin, con los zumos de sandía no se juega. 

1 comentario:

  1. Hoola :)
    Tienes un premio en mi blog!
    Cuando puedas pásate.
    Un beso.
    http://chundachundaenitalia.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar