viernes, 27 de abril de 2012


Capítulo 6

Así que esto es lo que llaman felicidad, visto lo visto, después de la tormenta siempre llega la calma. Ahora entiendo esa frase.
Estamos tumbados en la cama, mirándonos a los ojos y con las manos cogidas. Me acerco a Tom y le beso la frente, me levanto y él se incorpora.
-Debería acercarme por mi casa, estarán preocupados, no llevo el móvil.
-¿Volverás esta noche?
-Esta noche y todas, de aquí en adelante, el resto de tu vida.
-¿Y qué hay de la tuya?
-Hombre… Yo no me pienso morir en la toda vida, eso tenlo claro. –Le digo a la vez que le guiño un ojo, no le doy tiempo a reírse, me abalanzo sobre él y le beso.
-Pero que tonto eres. –Me dice al oído. Puedo sentir su cálido aliento sobre mi cuello.
-Ahora sí, por más que me joda he de irme, además, mi casa queda un poco lejos. Nos vemos esta noche.
Salgo y la puerta queda a mis espaldas. Me sorprende lo rápido que esta ocurriendo todo, hace unos pocos días no me hubiese imaginado estar así de enchochado con alguien y menos con un hombre. ¿Pero y si algo sale mal? ¿No estoy yendo demasiado deprisa? Siempre me pasa lo mismo, me hago ilusiones y luego fallo no quiero que me pase lo mismo con él. Quién sabe, la cosa podría ser diferente. Por una vez estoy emocionado con algo y no quiero joderla.
Llego a casa y nadie se da cuenta de mi llegada, abro la puerta de mi habitación y me tumbo a pensar en mi cama, hasta que mi madre entra.
-A ti te buscaba yo. Con que de escapada nocturna eh… ¡Tienes los ojos rojos, TIENES LAS PUPÍLAS DILATADAS! ¿¡QUÉ TE HAS METIDO YA EH?!
-No, ¿qué te has metido tú, qué estas hablando ya loca? –Se acerca a mí y me inspecciona de cerca.
-Ah… Que no lo veía bien de lejos hijo, que no se donde están mis gafas.
-Estás definitivamente senil, vieja…
-Deja de llamarme vieja, ¡que yo estoy buenísima!
-Mamá, dios, sal de aquí.
-Si, si, ya me voy. Yo venía a decirte algo… Ah si, una chica ha venido y ha preguntado por ti hace cosa de dos, tres horas, está con David en su cuarto.
No es ella, no es ella, me digo a mí mismo, ando hacia la habitación, abro la puerta y allí están, ambos, sentados mirando la pantalla del ordenador. “¡Maldito Soldado Fresh, hoy más que nunca no te puedes permitir ninguna lesión! ¡Descanse Soldado, es una orden!”. Ambos se ríen y yo muero cada vez un poquito más por dentro.
-Buen bastón de mando, Capitán Diego. –Dice Marina mirándome a los ojos con una asombrosa cara inexpresiva. ¿A qué ha venido, qué quiere ahora?
No le contesto y corro hacia mi hermano gritándole hijo de puta, mal nacido y una serie de cosas peores que serían censuradas hasta en un canal porno. Le pego, le pego con todas mis fuerzas, con todo mi odio y él me las devuelve. Nuestro padre viene a separarnos cuando oye el escándalo, llega tarde, yo tengo la ceja sangrando y él el labio partido. Me encierro en mi habitación por no partirle la cara a mi padre también, tocan la puerta varias veces y yo les mando a la mierda. Me dicen que salga, que vamos al hospital a ver si lo que tengo en la ceja es grave y me dicen que mi hermano no deja de sangrar. Que le jodan. Por mí que se muera.
Salto la ventana y caigo de espaldas, el golpe me deja sin oxígeno unos segundos y tardo en levantarme del suelo, lo que me faltaba… Me recupero y pongo rumbo al único sitio donde quiero estar ahora.
Llego a su puerta y toco el timbre, me abre una chica.
-Lo siento, no damos limosna. –Cierra la puerta y mi cara en este momento es indescriptible, ¿tan mal estoy?
-¡Serás gilipollas, abre la puta puerta joder! –Me da igual quién coño fuese, me ha puesto de mala hostia.
-¿Qué pasa, quién es? –Oigo detrás de la puerta, reconozco esa voz, es Thomas.
-Y yo que se, un puto colgado pidiendo ayuda, ¿saco la escopeta de papá?
-No, ¿estás de coña? Papá no tiene ninguna escopeta…
-Ya lo se idiota, era para ver si el de afuera lo escuchaba y se largaba.
-Vete a tu cuarto anda… -Dice él y mira por la mirilla de la puerta. Abre esta a toda velocidad al verme y yo no veo nada tras esto. Manda huevos que haya durado desde mi casa hasta aquí sin desmayarme y lo haga ahora. Esto es de película.
Me despierta un escozor. Veo su cara de preocupación e intento incorporarme, me cuesta, me duele todo como si me hubiesen pegado una paliza y así era, la verdad…
-No intentes levantarte, te sentirás peor, ¿qué cojones te ha pasado?
-Me he peleado con mi hermano, Marina estaba allí, ambos se estaban riendo de mí.
-Te han apañado la cara… –Dice la chica de antes que está detrás de Tom. El pelo le cae hacia abajo y lo lleva recogido de un lado, es rubia y tiene la cara redonda, los mismos ojos que su hermano.
-Perdón por lo de antes, por si te asusté y eso…
-Que va hombre, tampoco eres tan feo.
-Esto… ¿Gracias? –Digo riéndome un poco.
-Bueno, dejemos las presentaciones para después, Bree vete a tu cuarto y déjanos solos. –Ella obedece y sale de la habitación. Es imposible que sea su hermana… Le ha obedecido, ¡y a la primera!
-Ella es muy guapa… ¿Es tu hermana? No sabía que tuvieses hermanos…
-Si, se llama Bree, es mi hermana menor, tiene 15 años. ¿Qué hacía Marina en tu casa Diego…?
-No lo sé, no la dejé hablar conmigo. ¿Por qué, estás acaso celoso?
-No tengo motivos para estarlo, sin contar que intentaste tirártela claro.
-Eso es agua pasada Thomas.
-Será mejor dejarlo pasar, si… –Coge una gasa, la empapa en alcohol y me termina de limpiar la cara.
-Acércate, hace tiempo que no me besas.
-Tampoco hace tanto desde esta mañana… –Se acerca a mí para besarme y le muerdo el labio inferior, se vuelve a reír. Me encanta su risa y su acento y sus ojos… Y su forma de besar y su pelo y sus caricias… Y me encanta él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario